Tras una considerable cantidad de drama entre bambalinas, ya tenemos aquí el primer episodio de Star Trek Discovery, para juzgar por nosotros mismos el resultado. Vaya por delante que mi exposición a Star Trek hasta ahora ha sido limitada. He visto la mayoría de las películas, pero muy poco de las series.
En primer lugar, decir que a nivel visual es sencillamente impresionante. No sólo si la comparamos con las otras series, de hace más de diez años, sino según los estándares actuales. Pero por mucho que agradezca buenos valores de producción, prefiero una serie que parezca barata y tenga un buenos argumentos y guiones (como Babylon 5 o las primeras temporadas del Doctor Who moderno), que una que cuente con muchos medios para arropar un guión pobre (como los últimos tiempos de la Battlestar Galactica moderna o la mayoría de las temporadas 8-9 del Doctor). Así que, ¿qué tal se desenvuelve Discovery a ese nivel?
Pues bastante bien, la verdad. Ya desde el primer momento, antes incluso de que aparezcan los créditos, quedan (bien) establecidos los personajes de la capitana y su segundo (nuestra protagonista), así como la dinámica de su relación. A propósito de esto, no puedo evitar ver en el comentario de que tras 7 años como segundo ya debe estar lista para una capitanía una sutil pullita hacia las series anteriores, en las que los personajes se mantenían en sus puestos temporada tras temporada sin ascender nunca. Igualmente ágiles son las presentaciones de Saarek, el mentor vulcano de Michael (y padre de Spock), y de Saru, el oficial científico. No así el resto de la tripulación, que apenas pasan de ser sólo caras tras sus consolas. Tampoco es que importe demasiado ya que estos dos episodios, que realmente deben verse como un conjunto, casi parecen una película precuela a la serie: no hay rastro de la Discovery ni su capitán, y dejan el terreno preparado para lo que será la serie en sí misma.
Enfrente, nuestros protagonistas tienen a los (nuevos) klingon. Dejando aparte el cambio de estética respecto a encarnaciones anteriores, los guionistas han hecho un muy buen uso de ellos Quizá los trekkies con más conociemiento sobre el canon establecido tengan alguna queja pero como alguien que se acerca a la franquicia más o menos de nuevas me ha parecido muy efectivo. Con unas pocas frases aquí y allá se ha dado un muy buen entendimiento de como son los klingon y las cosas que valoran, sin necesidad de escenas de exposición en la que los personajes se dicen unos a otros cosas que ya saben para beneficio de la audiencia.
No todo es bueno, aunque creo que las pegas los serán más para los aficionados de la franquicia que para los que venimos de nuevas. Como hemos dicho, los klingon han cambiado de aspecto, y los actores, sobre todo el que interpretaba a su cabecilla T’Kuvma, no parecía que hablaran el idioma con la facilidad que se ha visto en ocasiones anteriores. El nivel de tecnología no parece coincidir con lo que se esperaría de una época a medio camino entre Enterprise y la serie original. Aunque, dado que mi exposición a ambas series ha sido limitada, lo mismo me equivoco.
En resumen, la serie promete, y volveré para verla la semana que viene. Y aunque los fans más puristas de la franquicia pueden tener alguna barrera de entrada, como ya la tuvieron con el relanzamiento de J.J. Abrams, si te acercas de nuevas a la franquicia, o si estás dispuesto a darle un margen, te la recomiendo.
Habrá que ver, eso sí, cómo evoluciona. Y qué pasa cuando los guionistas se vayan alejando del camino inicialmente trazaado por Bryan Fuller, un guionista de enorme talento (y trekkie confeso) que escribió estos episodios, pero que enseguida dejó el proyecto por la puerta de atrás peleado con los jefazos del estudio.
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