Somewhere between

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Laura (Paula Patton), productora en un canal de noticias, vive la peor experiencia de su vida cuando un asesino en serie mata a su hija de 8 años, pero el destino le da una segunda oportunidad cuando se despierta de nuevo una semana antes del crimen. La única otra persona consciente del “rebobinado” es Nico (Devon Sawa), un expolicía venido a menos con su propia pérdida. Ente los dos intentan cambiar los acontecimientos y detener al asesino.

Le tenía ganas a esta serie. La premisa parecía que prometía mucho, pero lo cierto es que el primer episodio no cumplía. Seguí viéndola y las cosas fueron mejorando bastante episodio a episodio, pero aun así la serie ofrece un resultado muy desigual.

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No ayuda mucho el que sufra del mismo mal que aquejaba a la española Motivos Personales hace ya muchos años: un protagonista que no convence. Sé que Paula Patton puede hacerlo mejor, pero en esta serie todos los intérpretes a su alrededor parecen darle mil vueltas. Quizá sea porque el personaje, tal como está escrito, tampoco convence. Y la niña alrededor de la cual gira la trama, lo cierto es que me resulta absolutamente insoportable.

En el lado positivo, en cambio, tenemos a Devon Sawa, a quien por cierto no había vuelto a ver desde su papel secundario en el revival de Nikita. No solo interpreta mejor su papel, sino que su trama me resulta más interesante y su personaje más carismático. Si seguí viendo la serie fue en gran parte por él.

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El otro motivo por el que seguí viendo la serie fue que lo que es la trama está muy bien construida. Es de esas en que al principio nada parece tener sentido y todo resulta bastante azaroso (random, que se dice ahora) o salidas de tono de los guionistas, pero según se van añadiendo piezas al rompecabezas y das un par de pasos hacia atrás las cosas van cobrando sentido, y ves que todo estaba bien pensado desde el principio. Lástima que ésta bien calculada trama se vea un tanto lastrada por los guiones episódicos, que no terminan de estar a la altura de lo que están construyendo.

Tenía vocación de serie abierta, aunque sinceramente no se bien como habrían estirado la trama para ello. Supongo que les avisaron de la cancelación con tiempo para poder cerrar bien la trama (lo cual se agradece), y el resultado final es una miniserie cerrada de 10 episodios que, haciendo irónico honor a su título, se queda en ni chicha ni limoná. Si no tienes nada más que ver, o si no terminas de ponerte de acuerdo con tu pareja sobre qué poner, sirve para pasar el rato. Pero lo cierto es que en la misma Netflix hay cosas mucho más interesantes para pasar ese rato.

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Terminada ya la serie (y esta reseña), veo que está basada en una serie surcoreana llamada Regalo de Dios (God’s gift: 14 days). Me da en la nariz que lo bueno de esta serie (la trama) ha salido de ahí, y ha sido la “americanización” de la misma la que la ha diluido. Cruzo los dedos por poder ver la original algún dia y comprobarlo. Al fin y al cabo, mi última experiencia con viajes en el tiempo surcoreanos fue muy, muy buena.

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