Seguridad Nacional

Seguridad Nacional (2003)

Vi en Netflix el otro día la película Seguridad Nacional. Me sorprendió el hecho de que hace ya casi 15 años que se estrenó en el cine. ¡Por Crom, que viejo me sentí en ese momento!

Protagonizada por Steve Zahn (a quien la verdad le he perdido la pista en la última… década) y Martin Lawrence (a quien creo que no he visto en nada bueno desde que se enfundó un traje de abuela), es la típica buddy movie policiaca en la que dos personajes no se llevan bien pero colaboran para resolver un caso. Pasado todo por un filtro de comedia que raya la parodia para mayor lucimiento de Lawrence.
Hay una fina línea entre inyectar humor (Showtime) y parodiar (Infiltrados en clase), y esta película la agarra con las dos manos y se pone a saltar a la comba con ella durante hora y media.

La acción arranca de una manera que no desentonaría en una película de Clint Eastwood de los 90, con Hank Rafferty (Zahn) y su compañero (Timothy Busfield que para mí ya será siempre Danny Concannon), de patrulla cuando reciben un aviso. Y bueno, lo que va a pasar no sería más obvio si el compañero hubiera estado interpretado por Sean Bean.

De ahí pasamos a Earl Montgomery (Lawrence) un arrogante cadete al que expulsan de la academia de policía básicamente por ser Frank Devlin. Cada uno mosqueado por lo suyo, se encuentran en un incidente en la calle cuando Montgomery intenta entrar en su propio coche tras olvidar las llaves dentro, y parece que esté intentando robarlo.
En una escena que hoy día nunca habría llegado a la pantalla, un abejorro y una cámara de video grabando desde un mal ángulo hacen que parezca un incidente de brutalidad policial que lleva a Hank a perder su trabajo e ir seis meses a prisión. Al salir, el único trabajo que consigue es el de guardia de seguridad, donde se reencuentra tanto con Montgomery como con la banda que mató a su compañero.

No sé si será el caso o no, pero da la impresión de que tenían entre manos un guión serio pero de baja calidad, e intentaron suplir sus carencias contratando a Martin Lawrence y haciendo un par de cambios para convertirlo en una comedia. Lo que sí sé es que estando en esa tierra de nadie en que no es ni una cosa ni la otra, no llega a hacer bien ninguna de las dos cosas.

Aun así, hubo momentos en que solté alguna carcajada y la trama no estuvo del todo mal. No la calificaría de buena (como mucho “regulera”) pero para pasar un rato entretenido cumple.

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